Cortázar para cronopios venezolanos
José Julián Villalba
Guerra
Es impresionante como a veces vas
dándole vueltas a un tema, a un problema, y de repente te topas con
respuestas o mensajes que parecen estar ahí solo para confirmar tus
pensamientos o hacerlos más claros, más vívidos, más diáfanos.
Seguro que si me dedicara al ciclismo estas reflexiones serían sobre
grafitis dejados en alguna pared o sobre el grito de algún viejito
en las calles, pero como soy un lector ávido y promiscuo, estas
respuestas o mensajes provienen de autores admiradísimos o incluso
desconocidos.
Me ha pasado con el Che, ¿a quien no?,
con el Chino Valera Mora, Hugo Chávez, Juan Gelman, Tanizaki, Raúl
Cazal, Pedro Chacín y muchos otros (lo promiscuo ha quedado
demostrado). En otro momento nos ocuparemos de ellos, ahora vamos a
hablar del Gran Cronopio o el Cronopio Mayor.
Leer a Cortázar es un vacilón. Me
encanta la manera en que juega escribiendo, las historias mas
sencillas se convierten en un juego de palabras y letras en las que
el contenido y la forma se articulan transgresoras para construir
sentidos por el puro goce. Lo imagino riendo y disfrutando de sus
locuras.
En estos días, en que Famas se
disfrazan de Cronopios, burgueses disimulan su condición y sus
intenciones y la derecha más abyecta lanza discursos reivindicadores
de cosas que ni siquiera entiende, contimenos comparte, tropezarse
con la estrafalaria lucidez de Cortázar hace que a uno le entre como
un fresquito en el alma.
Son dos libritos pequeños, se titulan
Ultimo Round, y constituyen una recopilación de poemas, fotos,
dibujitos, comentarios, cuentos cortos, cuentos locos, cuantos locos,
cosas maravillosas entre las que encontramos esta:
“Ecuménicos sine die
Les bourgeois c'est comme les cochons,
Plus que ca grandit, plus que ça
devient con. (1)
Canción francesa
-No señor -decía Polanco indignado-,
jamás entenderé que insulten así a los burgueses. Si te fijás
bien, son los auténticos ciudadanos del mundo. ¿Cómo que no? Un
burgués venezolano, uno español, uno francés y uno de Arabia
Saudita están mucho más unidos que un comunista chino, uno peruano
y uno ruso. Estos serán todo lo comunistas que quieras, pero el más
acérrimo nacionalismo los separa para siempre. En cambio los
burgueses tienen una sola patria que es la burguesía, y dentro de
ella la distribución de los muebles es idéntica: aquí la guita
(2), aquí la religión, allí la moral sexual, más allá la camisa
a rayas. No les falta más que hablar en latín para mantener viva
esa universalidad tan añorada que según parece había en la Edad
Media, pero ahora con las máquinas de traducir, Mac Luhan y el
inglés en veinte lecciones pronto no va a haber problema, pibe.”
(1) Traducción: Los burgueses son como
los cerdos, a medida que crecen se vuelven más estúpidos
(2) Traducción: La plata, el dinero.
Julio Cortázar
Ultimo Round, Tomo 2, pág. 152. Siglo
Veintiuno Editores, 2009.